Las obras más caras que transformaron Madrid

Soterramiento de la M-30

Hay obras que cambian una ciudad. En el caso de Madrid, la «metamorfosis» ha costado más de 11.000 millones de euros, bastante por encima de las primeras estimaciones, ya que entre todas acumulan importantes sobrecostes. Sólo por tomar referencias, ampliar el Canal de Panamá está presupuestado en unos 4.000 millones de euros.

Una de las más caras ha sido, sin duda, el soterramiento de la M-30: una inmensa obra de ingeniería que permitió esconder bajo la superficie muchos tramos de esta autovía, que atraviesan cada día cientos de miles de vehículos.

La obra comenzó costando en torno a 3.600 millones de euros, pero al final superó los 6.000 millones. Ha permitido convertir una zona antes «tomada» por los coches, en un gran área estancial y ajardinada, Madrid Río.

Las Cuatro Torres

En el principio, era una ciudad deportiva con, entre otras dotaciones, una pista de hielo utilizada por muchos madrileños. Los responsables del club merengue negociaron con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid convertir esa zona verde en un espacio de oficinas donde construir cuatro rascacielos que se convirtieran en hitos en la arquitectura madrileña.

Así se hizo; ahora, allí están las mayores alturas de la capital: la Torre PwC, la Torre de Cristal, la Torre Espacio y Torre Cepsa. Cada una ha costado en torno a los 400 millones de euros. Las firman los principales arquitectos del mundo -César Pelli de la Torre de Cristal; Norman Foster de la Torre Cepsa; la Torre PwC por Carlos Rubio Carvajal y Enrique Álvarez-Sala; y Torre Espacio de Henry N. Cobb.

Centro Internacional de Congresos

Es el sol que no salió: un impresionante edificio con 190.000 metros cuadrados construidos, de los cuales 70.000 habrían sido sobre la superficie y 120.000 bajo tierra. Sus autores, Emilio Tuñón Álvarez, Luis Moreno Mansilla y Matilde Peralta del Amo.

Con su estructura circular y semienterrada, prometía convertirse en un símbolo de la ciudad. Pero llegó la crisis y cercenó el proyecto. En 2010 se decidió suspender su construcción en el punto en que estaba: la cota cero. Se habían hecho obras por unos 19 millones de euros, y hubo que realizar otras de consolidación y protección de lo ya hecho para evitar que se echara a perder, por otros 80 millones de euros.

Ahora, el Ayuntamiento de Madrid estudia qué hacer con el hueco del parking y el del auditorio subterráneo, ambos listos.

Un Palacio para Madrid

El Palacio de Telecomunicaciones es uno de los edificios más bonitos de Madrid. Obra de Antonio Palacios y Joaquín Otamendi, su primera piedra se puso en 1907. Desde hace algunos años, es la sede del Gobierno municipal, además de dedicar una gran parte de su superficie total a un centro cultural, Centro Centro.

Esta transformación ha costado 125 millones de euros, sólo en las obras -sin contar los traslados de los funcionarios que ocupaban antes el edificio, o las permutas que se realizaron entre este inmueble y otros-.

La Caja Mágica

El complejo deportivo fue diseñado por el arquitecto francés Dominique Perrault. Los materiales principales empleados en La Caja Mágica, de forma cubicular, son el acero, el aluminio, el hormigón y el vidrio. Presupuestado inicialmente por 100 millones de euros, la factura total ascendió hasta los 294 millones de euros.

Es moderno, funcional y vanguardista, pero se ha mostrado limitada en sus usos: el Mutua Madrid Open de tenis, una vez al año, y algunos alquileres ocasionales a firmas comerciales que no siempre han resultado bien. Los vecinos de la zona se quejan de que no se abre a ellos. El Ayuntamiento lleva tiempo buscando la manera de convertirlo en una instalación rentable.

Metrosur

Cuando nació, el proyecto de MetroSur era impactante: más de un millón de habitantes de las localidades de Getafe, Alcorcón, Leganés, Fuenlabrada y Móstoles podrían beneficiarse de esta nueva red de Metro, que une esos cinco municipios entre sí y con la capital a través de un recorrido circular de 41 kilómetros de extensión y 28 estaciones.

Su construcción se proyectó en 1999. Participaron en el proyecto seis importantes constructoras españolas: ACS, FCC, Dragados, Ferrovial , OHL y Sacyr, que juntas emplearon a más de 14.000 obreros durante casi 3 años. Se esperaba una utilización diaria de unos 140.000 pasajeros; en realidad, no llegan a 80.000.